El río que nos trajo hasta aquí.

Cada instante resultaba más claro que momentos como éste son un plato que saboreamos para luego atesorar en la memoria. Y que pasan de largo si no estamos presentes. Verdaderamente allí.

¿De quién es la culpa?

Por default solemos pensar que para resolver un inconveniente hay que hallar al responsable y dejarle en claro su error. Pero en realidad, buscar culpables sólo refuerza una maraña de recriminaciones que pocas veces ayuda.

Apagando el piloto automático.

Estar presente al conducir, o manejar en modo mindful, me ha dado la oportunidad de aprovechar esos instantes cuando puedo soltar una dosis de amabilidad en la vía.