Querido 2019:

Perder peso.
Ahorrar.
Viajar.
Comer saludable.
Ser más organizado,
Mejorar en la universidad o el trabajo.
Leer 10 libros.
Aprender un idioma.
Ir al gimnasio todos los días.

 

¿Algunas de estas metas se encuentran dentro de tu lista de resoluciones para este nuevo año?

 

No te asombres si es así, estas son las resoluciones de año nuevo más populares y lo más probable es que algunas de ellas hayan sido tus resoluciones del año pasado y del anterior a ese.

 

Sin embargo, al final de cada año al revisar nuestro listado, muchas veces nos damos cuenta de que no logramos lo que con tanto deseo habíamos planteado a principio del año. Llegamos muchas veces a sentir ese vacío de decepción, nos preguntamos qué estuvo mal y por qué no tuvimos enfoque.

 

Quiero que sueltes y dejes ir todo juicio que estés creando sobre ti. Lo que has vivido hasta hoy ha sido producto de tu amor hacia ti, no lo olvides.

 

¿Te has preguntado en base a quién o a qué te comparas cuando sientes que hay cosas que te hacen falta? Aquello que ves hoy día a manera de deseo ¿es realmente algo que naturalmente harías en tu vida?

 

Hemos venido enfocando las resoluciones de una manera muy superficial, las hacemos según lo que nos falta, son resoluciones que no se conectan completamente con nuestros deseos internos, con nuestra naturaleza.

 

Hace poco leí sobre una palabra hermosísima que cambió completamente mi perspectiva acerca de las resoluciones, Sankalpa que en sánscrito se traduce como “intención”, “propósito” o “resolución”. Kalpa significa voto o promesa que debe estar por encima de cualquier otra cosa. San se utiliza para dar prioridad o importancia. Sankalpa es el compromiso que asumimos para apoyar y afirmar nuestra verdad más elevada.

 

La búsqueda de nuestro Sankalpa o intención parte de la premisa de que ya eres quien necesitas ser; es decir, aceptarte y conocerte. Nuestras resoluciones deben honrar el significado más profundo de nuestra vida, los deseos más sinceros del corazón, sin que tengamos que cambiar lo que somos, nuestra esencia, nuestra verdadera naturaleza.

 

Ahora bien, ¿cómo plantear o formular nuestras resoluciones para este año?

 

Escucha atentamente.
Necesitamos escuchar nuestros deseos más profundos y sinceros, aquellos que nacen del corazón y que muchas veces son contrarios a los deseos personales. Para lograr esto requerimos llevar nuestra mente a un nivel de calma y serenidad. Toma una postura de meditación, coloca quizás una música de fondo que sea agradable y a su vez te permita seguir conectado al presente, realiza unas cuantas respiraciones conscientes y escucha lo más íntimo que desea tu corazón.

 

Formula sólo 4 preguntas, para poder llegar a 4 intenciones para este año.
Cuando te sientas en calma y tranquilo, pregúntate
¿Qué me encantaría mejorar?
¿Qué amaría conocer, realizar o experimentar?
¿Qué me entusiasmaría aprender?
Gracias a mi experiencia ¿a quiénes y en que pudiese ayudar?

 

A veces creemos que necesitamos cubrir una hoja de papel completa de resoluciones para un nuevo año, pero recuerda que deben venir conectados a nuestra esencia y que realmente lo podamos cumplir de manera orgánica, tranquila, que sintamos paz mientras disfrutamos del proceso.

 

Escríbelas desde el amor.
Ya luego de saber cuáles serán tus intenciones y propósito para este año, lístalas de manera positiva. Siempre recurre a ellas de manera afirmativa, alegre, con entusiasmo.

 

Vívelas.
Por último no queda más que el compromiso de hacer lo que las resoluciones sinceras requieren de ti. Acciona, conéctate a tus intenciones, disfrútalas. Debes sentirte cómodo y dispuesto a sentarte con tus resoluciones, aprender sobre ellas, fortalecerte y vivirlas con amor.

 

Experimentar un año cumpliendo nuestras metas y propósitos conectados a nuestra esencia es posible. Sin importar las resoluciones que decidas llevar a cabo este año, lista aquellas que te llenen el alma, que sanen tu interior, que te mantengan siempre en positivo, en paz contigo. Y recuerda que ya sea que alcances tus metas o no, agradece y siéntete satisfecho de lo que sí pudiste lograr, sin medir alcance, permítete disfrutar el recorrido.

 

¡Feliz año nuevo!

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